Operación Katmandú



Parece imposible que hace un mes estuviese a un mundo de distancia bajo una luna llena que, como la de este viernes, iluminó el cielo de Katmandú y el corazón de quince españoles aventureros que, bajo "la luz de Kiran", decidieron quemar sus momentos de sombra para compartir un momento tan único como mágico.

Parece imposible que hace un mes se materializase un sueño proyectado durante meses, donde la ACEPTACIÓN, la BENEVOLENCIA y el AMOR fueron el equipaje de mano de 15 profesionales de la educación (maestros, guías montessoris, pedagogas, psicólogas y un director de escuela). Donde la convivencia y el buen rollo superó no sólo las expectativas personales, sino que dejó a la altura del barro experimentos sociológicos al más puro estilo Big Brother. Donde conocimos la resiliencia hecha persona de la mano de los lamas comprometidos, los huérfanos, los intocables o las víctimas de los terremotos y de la falta de principios del sistema. Donde recibimos la gran oportunidad de tomar consciencia del instante único que la vida nos brinda para aprovecharlo al máximo y compartirlo con personas tan ajenas como iguales.

Parece imposible que hace un mes la vida me otorgase el placer de conocer a Vicki Subirana, maestra coraje y diplomática de la justicia, que no sólo no se rinde ante la adversidad y la resistencia que suscita el compromiso de garantizar una educación de calidad y universal, sino que, durante 15 días, reunió fuerzas de donde ya era imposible para guiarnos en un viaje de no retorno hacia la consciencia y la madurez mental, donde reir, bailar, cantar, compartir, soñar, meditar,... siendo parte de una sola energía ¡fue sólo el principio!


"Hemos sido, y somos (tal como decia Teresa de Avila) una misma alma latiendo en cuerpos diferentes." Vicki Subirana.


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