Educación:¿emocionarse o morir?

¡¡¡¡Sí,señor/a, por fin estoy de vacaciones!!!! Bueno, técnicamente hablando llevo ya 13 días en ello, pero en la realidad la cosa se ha hecho esperar.

El 30 de junio el colegio colgó el cartel de "Cerrado por vacaciones" y di por finalizado un curso académico más y por superados mis, no menos considerables, primeros 10 meses de "¿conciliación?" familiar. Y un día más tarde, celebrando que conseguía librarme por los pelillos de ser tribunal, acudí a participar en la Escuela de Verano, que organiza Acción Educativa -ver enlace-. Lo sé, ¡me va la marcha!

Está no era la primera vez* que postponía mis tan merecidas vacaciones para cambiar el rol de profe por el de alumna y de este modo, practicar la siempre necesaria escucha activa (tendón de Aquiles de los/as que cada día nos enfrentamos al público menudo) y desde ya confirmo que tampoco será la última. Todo lo que he visto, oído y compartido han hecho volar estos calurosos primeros días de julio, en los que, una vez más, se ha movido y removido una sinergía especial de entender la escuela desde la visión más infantil y verdadera, sin importar etiquetas ni distinción: pública, concertada, privada, libre,... Sin duda, lo que Acción Educativa consigue esos días es lo mismo que consigue César Bona con este vídeo, ¡EMOCIONAR!**.

Y es que, como diría Francisco Mora (ponente en la pasada edición de la Escuela): "Sin emoción no hay educación, no hay curiosidad, no hay aprendizaje" ("Neuroeducación" -leer entrevista-).

*Para Mila, que allá por el 2007 me invitó a acompañarla y descubrí la otra Escuela, siempre llena de ilusión y esperanza. ¡La de lluvias que ha visto mi paraguas arcoíris!;o)))

**Si alguien tras el visionado del vídeo, no se emociona, por favor, hágaselo mirar con absoluta premura.